RAYUELA, TAL COMO LA RECUERDO LUEGO DE TRES LECTURAS (LOS DOS MODOS PROPUESTOS POR EL AUTOR, MÁS UNA LECTURA COMPLETA, DE CORRIDO)*:

Trata de un argentino ultramachista, Horacio Oliveira, tenedor de libros radicado en París, cuya pareja es una uruguaya nini llamada Lucía, alias La Maga, madre de un bebé apodado Rocamadour. Ella es desobligada y aparentemente atarantada, pero su sensibilidad y perspectiva resultan incomprensibles para el Club de la Serpiente, donde predominan machos de diversas nacionalidades, tan petulantes como Horacio. Hay otra mujer en el club, Babs, pero casi no pinta en la trama. Un mitómano, Gregorovius, quiere con la Maga y es el único que la llama por su nombre. Oliveira engaña a la Maga con una tal Pola, a la que la primera hace vudú, por celos. Oliveira, como macho que es, insiste en que la Maga lo engaña con el tal Gregorovius, pero es falso. Total que el bebé Rocamadour muere accidentalmente; la Maga, como es comprensible, siente enloquecer. Después se marcha o se suicida, no se sabe a ciencia cierta qué hace luego, pero sin duda el no saber ya de ella contribuye a mermar la ya de por sí frágil salud mental de Oliveira, deportado tras ser descubierto mientras su amiga la clochard le hace una felación. Regresa a Argentina y se casa con (laguna mental), que coge retemal, según el narrador, y se aburre enormidades, así que acude a su viejo amigo Traveler, ante el estupor de Talita, mujer razonable. Luego va a dar a un manicomio que se habilitará como circo. Echa un salto hacia el Cielo de la rayuela pintada en el piso del patio, mas queda la duda de si eso es una mera metáfora. Y aquí y allá, recortes de periódico, teorías sobre la novela en voz del anciano escritor Morelli, un París lluvioso y un Buenos Aires caluroso, un jazz con sabor a tango y viceversa.
*No apto para fundamentalistas cortazarianos. Advertencia: Contiene spoilers.

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