BAQUIANA: LUZ, GUÍA


Para los escritores hispanoamericanos, ya sean principiantes o experimentados, suele ser difícil encontrar un medio dónde difundir su trabajo y de que éste sea respetado, independientemente de que reciba o no una remuneración por él. Cada vez son menos los suplementos o publicaciones enfocados a la cultura en general o a la literatura en particular, porque, desgraciadamente, suelen considerarse un lujo proveniente de la ociosidad. Ergo, no resultan rentables, como sí puede serlo la escandalosa vida de los futbolistas internacionales o de las estrellas hollywoodenses. Eso, aunado al presupuesto cada vez más limitado que reciben las instituciones públicas educativas o culturales.
Por eso resultan aún más loables las iniciativas de particulares por promover la cultura, la literatura, a sabiendas de que es una actividad que habrán de realizar “por amor al arte”.
Tal es el caso de Baquiana, revista literaria fundada en 1999 por Patricio E. Palacios y Maricel Mayor Marsán, una pareja que decidió fundar este portal donde han dado cabida tanto a autores noveles como a los avezados, procedentes de diversos países hispanoparlantes.
La única carta de presentación que se solicita es la calidad del trabajo, el cual ha de ser inédito, dado que esta publicación cuatrimestral lanza un Anuario donde se recopilan las colaboraciones correspondientes. Este soporte físico, el papel, ya en forma de libro, contribuye a hacer perenne lo efímero, pues ¿qué autor no desea que su obra trascienda de algún modo?
Las secciones que conforman la revista literaria Baquiana están consagradas a diversos géneros, ya sea de creación o de información, crítica y análisis: poesía, reseña, ensayo, entrevista, narrativa, opiniones y teatro. Todo esto brinda un panorama muy completo de la literatura realizada en la comunidad hispanoamericana.
Al entrar al portal, lo primero que leemos es la historia de la palabra “baquía”, de origen haitiano, la cual –cito- “significa el conocimiento práctico de las sendas, atajos, caminos y ríos de un país”.
De este modo, quien posea dicho conocimiento será denominado, entonces, “baquiano o baquiana”.
Baquiana, nuestra revista, se esfuerza en ser luz y guía de los escritores hispanos. Esta incansable labor, por fortuna, ha sido reconocida internacionalmente, al obtener el galardón Golden Web Award durante dos periodos consecutivos: 2001-2002 y 2002-2003. Asimismo, iworld de España la seleccionó como uno de los mejores sitios en español en 2001-2002. Hasta el año pasado, Baquiana contaba con un promedio mensual de un millón y medio de visitantes, el cual, seguramente, se ha ido incrementando, dado el prestigio y respeto que esta publicación ha sabido ganarse, al seleccionar cuidadosamente los materiales incluidos y buscar siempre que éstos resulten interesantes para sus lectores. En lo particular, estoy muy agradecida con Baquiana, sobre todo con Maricel, su Directora de Redacción, ya que, sin conocerme en persona y sin haber sido recomendada por nadie –condiciones que obstaculizan y desalientan a cualquiera-, confió en mi trabajo. Ese apoyo ha sido fundamental para mí, al confirmarme que merece la pena continuar en este arduo camino. He aparecido en dos de los Anuarios: El octavo y el décimo, correspondientes a 2006-2007 y 2008-2009, respectivamente. En ambos he contribuido con reseñas de libros de autores mexicanos como Luis Humberto Crosthwaite (Tijuana, 1962), Liliana V. Blum (Durango, 1974) y Tryno Maldonado (Zacatecas, 1977), todos ellos con una trayectoria destacada. En mis reseñas busco transmitir mi entusiasmo por la obra de estos narradores, causar curiosidad e interés en el lector, tarea que emprendo con infinito placer.
Baquiana, luz, guía, ha encaminado mis letras y las de numerosos colegas hispanoparlantes por un amplio sendero donde nos esperan lectores ávidos de buena literatura.
Elena Méndez
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*Texto leído durante la presentación de Revista Literaria Baquiana, Anuario X, 2008-2009 (Ediciones Baquiana, 2009), en la XXXI Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, el 26 de febrero de 2010 en la Ciudad de México.


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