Bernardo Fernández –Bef- (Ciudad de México, 1972), en su libro Gel azul incluye un par de novelas pertenecientes al género de la ciencia ficción.
La primera de ellas (Premio Ignotus a la mejor novela breve de ciencia ficción publicada en España), que da nombre al libro, presenta también resabios de novela negra.
En ella, el detective Crajales, otrora hacker juvenil, investiga la aparición de un bebé muerto en un tanque de plexiglás lleno de gel proteínico, donde Gloria Cubil (hija del magnate tecnológico Arceo Cubil), se refugia para acceder a la realidad virtual, privilegio que sólo unos cuantos pueden pagar.
La alienación que estos artefactos producen remite a la ocurrida en Virtus, de Eve Gil, donde los pobladores del Proyecto V (alegoría del México arruinado), llevan un lectochip que los hace vivir en la perpetua felicidad.
Sin embargo, la sofisticación de los Gokubi (el cilindro de marras), va más allá, permitiendo a sus usuarios acceder a otros mundos mediante los más descabellados avatares; consumir potentísimas drogas; introducirse a sectas; olvidar, olvidar, olvidar…
Dichos tanques son fabricados por la corporación japonesa HumaCorp. El modelo más avanzado lo posee la joven heredera, quien siempre ha llevado una vida disipada.
La chica aparentemente ha sido víctima de violación, y el bebé, de homicidio.
Esto ocurre en circunstancias harto sospechosas, puesto que ella vive aislada en su departamento de Polanco, y nadie tiene acceso al sueño electrónico donde habita.
Crajales busca el apoyo de Salgado, sagaz periodista, corresponsal del ciberespacio, excómplice de su vandalismo en la red, que el primero hubo de abandonar tras ser víctima de un corto circuito en su interfase neuronal, ocasionado por la compañía a quien perjudicaba.
Salgado sufre la mutilación de sus miembros dentro del cilindro donde navega. Crajales, consternado, intenta ayudar a su amigo, quien le informa sobre una red internacional de tráfico de extremidades humanas, creadas para reactivar la economía mundial tras la legalización del narcotráfico y el declive del tráfico de órganos debido a la clonación.
La manera en que estas mutilaciones se relacionan con el cadáver del pequeño deberá dilucidarla Crajales, cuya caótica vida personal se verá trastornada ante las represalias que le esperan…
La segunda novela incluida en este volumen, “El estruendo del silencio”, guarda intertextualidad con la primera, ya que en ella se aborda la vida de Koji Cuauhtémoc Kobayashi, el arrogante dueño de la transnacional HumaCorp, quien padece el mismo hastío de Gloria.
Kobayashi ordena una expedición espacial a la estrella Épsilon Eridani, proyecto ambicioso que abarca miles de años.
La nave está controlada por MaReL, la macro red local, que constituye su ‘sistema nervioso’; e inspeccionada por el Señor Ká, robot insectoide que despierta cada cien años de su letargo para cumplir dicha tarea.
MaReL y el Señor Ká, diseñados para comunicarse sólo lo indispensable, comienzan a manifestar emociones tras tener este último sueños, lo que los hace sentirse unidos dentro de esa enorme soledad de la que hasta ese momento se percatan.
La idea de Kobayashi, megalómano irredento, es enviar al espacio en aquella medusa biotecnológica a dos clones, uno suyo y otro de su prometida, Marinka Dobrova, top model europea, a quien sólo considera un lujo.
La vida supuestamente perfecta de Kobayashi sufrirá un vuelco por acontecimientos que escaparán de su control, a los que, sin embargo, él mismo ha contribuido…
Bef logra, en ambas novelas, transmitir la monotonía, el vacío interior de quienes viven en busca de la alienación, en un mundo supertecnologizado que en vez de acercar a los seres humanos, paradójicamente, los aleja.
Elena Méndez
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Bernardo Fernández (Bef),
Gel azul,
Suma de Letras,
México, 2009,
288 pp.
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