Soy bien jotera, me dicen. Llegan mis amigos gays y me cuentan cómo salieron del clóset, cómo levantaron a fulanito y le hicieron un superwawis, cómo lloraron con Brokeback Mountain.
¿Y siempre supiste que eras gay? Uno me dice: Cuando era chiquito estaba enamorado de Blue Demon. Otro recuerda que le gustaba jugar con las Barbies.
Me gusta acompañarlos a los antros. Varias veces me han confundido con vestida. Soy mujer, contesto, riéndome. A ver. Y me tocan el busto y la sospanoch. Ah, perdón. Y entonces me sacan a bailar y hacemos movimientos obscenos. Y nos reímos con el show de dragas o de travestis. Mira, está igualita a Mónica Naranjo, qué bárbara.
Suelen preguntarme si soy tortillera. Todavía no. ¿Y te gustaría? Lo he pensado, pero soy demasiado heterosexual.
He atestiguado cómo amarran un trío por internet. Van a lo que van. ¿Cuánto te mide? ¿Activo o pasivo? No hay sutilezas hipócritas como entre los bugas. Y ya que cocharon: Uno de ellos nomás quería ver, qué flojera, por eso los despaché rápido. Y mi morbo infalible, Oye, ¿por qué usas lubricante vaginal? Es que no existe anal, responden.
Mi amigo Isra me confiesa: Quiero adoptar niños con Bill. ¿Si tú estuvieras en el gobierno aprobarías la adopción a parejas gays?, me pregunta. Sí, la adopción, el matrimonio, la herencia y todo. Y Abel ha pensado en conseguir un vientre de alquiler. Ayer hablábamos por teléfono y le comenté que Ricky Martin acaba de ser padre de gemelos por ese método. Si te digo que es de ambiente…
Me encanta estar junto a ellos, los jotitos. Y entonces yo soy la única rara.
Elena Méndez
Comentários
Este texto sí me gusta, matarile rile rón.
Orgulloso de vos. Cuídate, hasta de la malaria, coño.
Abrazo.
Besos
E.