ALEGORÍA DE LA RUINA: VIRTUS, DE EVE GIL

Eve Gil (Hermosillo, 1968) ha incursionado en un género creado por ella misma: el de política ficción, con la novela Virtus (Editorial Jus, 2008).
Juana Inés, la protagonista (nombrada así en clara alusión a la Décima Musa), denuncia, mediante una narración retrospectiva, la serie de infamias cometidas por los gobernantes mexicanos, mismos que convirtieron el país en el llamado Proyecto V, un parque de diversiones donde la felicidad está al alcance de un lectochip (memoria artificial).
Juana Inés redacta su testimonio en 2068. Jesús Martín Pérez Wagner, considerado una especie de Mesías, asume la Presidencia de la República cincuenta años atrás, luego de ser aprobado por el Ventrílocuo,"(...) un concepto tras el que se parapeta un colectivo de canallas". (p. 26).
Lena Christian, hermosa y brillante científica, es seleccionada por el Gabinetazo para ser la Primera Dama, desplazando así a la Querida Oficial, Desdémona Tort, seudoactriz.

El Presidente y su Primera Dama emprenden su campaña en pro del lectochip con un discurso plagado de demagogia, que remite a los de la pareja Fox/Sahagún, cuya imagen pretendidamente benévola invadía cotidianamente el espacio mediático con mensajes edulcorados.
El lectochip, según la Pareja, serviría para permitirle a los ciudadanos accesar a la Nación de sus Sueños (o al País de los Durmientes, como aclara Juana Inés que lo denominan los sociólogos); dicho dispositivo se ofrece como opcional y gratuito. Su carencia volvía a la población unos parias.
La realidad, no obstante, se torna pesadillesca ante los ojos de Juana Inés y Linos Pound, científico que la ha adoptado, puesto que son los únicos seres lúcidos en el Paraíso de los Necios, donde se han abolido los medios de comunicación para sólo dejar uno, oficial: el notelet, en que todo es perfecto. Por ende, se omite informar acerca de la destrucción del país y las cruentas guerras que asolan al mundo. Si bien el Proyecto V está supertecnologizado, aún persisten prácticas tan inhumanas como la explotación infantil y la división social en Guisas -comparables a las castas novohispanas-contra lo que nadie protesta, inmersos como están en su alienación.
Pound, como el abuelo de la pequeña, padece el Síndrome del Exiliado, es decir, colecciona artefactos antiguos para asirse a su verdadero mundo. A diferencia del fallecido anciano, éste opta por no injertarse el lectochip, sino un chip que lo convierte en la Historia Ambulante del País que Fuimos: una biblioteca humana.
Mientras todo esto ocurre, Christian le pone el cuerno alegremente a Wagner con el Ventrílocuo.
La catástrofe sobreviene en el Proyecto V. Juana Inés y Pound son rescatados y llevados al Desierto, donde habitan otros desvirtuados (léase carentes de lectochip). Juana Inés no se quedará con los brazos cruzados ante la ignominia...


Virtus es una acertada alegoría de nuestra aberrante realidad: un México de niños desnutridos pero con el dudoso orgullo de tener al Hombre Más Rico del Mundo; un pueblo fanático cuyo Arzobispo influye en decisiones de Estado; un país donde nadie lee pero goza hasta el delirio con las sandeces del Duopolio Televisivo; un Edén para los pedófilos, avalados por el Sistema. Pero los mexicanos persisten en su Sueño: les importa más el destino de la Selección Mexicana que la privatización de PEMEX o las narcoejecuciones.
Celebremos la osadía de Gil, capaz de elevar un clamor ante la ruina.

Elena Méndez

http://www.palpitar.com.br/saladeleitura.php?ID=299

Comentários