PRINCIPITO

La Ivana te dijo: léeme El Principito. Se lo leíste. Se murió el Principito, víctima de una mordedura de serpiente. Lloraste. Lloró. Qué mala la serpiente. No, niña, era la única manera de que regresara a su planeta, explicaste.
Al día siguiente todavía lloraba, al recordar semejante maldad.

Comentários

Anônimo disse…
los gobernantes del mundo deberían leer el principito, al menos tres veces al año.

Antoine de Saint Exupéry era un duende; de esos que nacen una vez cada mil años.
Elena Méndez disse…
Volví a leerla tras escribir el post.
Volví a llorar...
Anônimo disse…
pero... por què llorar, si el muchachito vive allà arriba? todas las noches claras, lo veis!
no lo dijo acaso èl mismo?
Elena Méndez disse…
llorar por un dolor muy íntimo.